6 de mayo de 2012

ESPEJO DE LUNA

CAPITULO 5: SOLO FUE UN DESCUIDO




Solo fue un descuido


Habían pasado varios meses desde nuestra partida, esperábamos con ansias que Carlisle llamara para decirnos que muy pronto estarían con nosotros, pero al parecer esto iba a tardar un poco.

Renesmee estaba muy diferente, no tanto en lo físico, sino en su forma de ser, ya no era la niña risueña de siempre, aunque intentaba aparentar ser fuerte podía ver en su mirada esos deseos grandes de llorar. Pero tenia la esperanza de que se adaptaría, era cuestión de tiempo.

Nahuel seguía comportándose tan amable y humilde como siempre, no iba de caza con nosotros, pues según quería dejar de lado ese tipo de gastronomía y alimentarse de comida humana.

Edward estaba tan feliz como nunca, su sonrisa radiante me lo demostraba. Aunque sabía que extrañaba a su familia, pero el alejarse de Forks al parecer le había caído bien; no porque no le gustara ese lugar sino porque estaba seguro que aquí no perdería a Renesmee.

Yo llamaba todos los días a Charlie, como se lo había prometido; por lo menos así no sentiría tanto mi ausencia.

Tenia varios meses de no llamar a mi madre. Ella de vez en cuando me enviaba algún correo electrónico, contándome como era de grandiosa su vida. Estaba feliz, eso era lo único que me importaba; le contestaba para que no se preocupara y no se diera la molestia de llamar, ya que si lo hacia me pediría que le enviara fotos y era algo que no quería hacer.

Y así era nuestra vida en Alaska, todo parecía marchar a la perfección.

 Y así pasaron cinco meses desde que salimos de Forks.

-Deberíamos ir de caza- Me sugirió Edward. Hace una semana que no vamos y creo que ya nos hace falta.

-Creo que tienes razón- Asentí

-Renesmee no quiere ir, dijo que no tiene hambre.- dijo un poco preocupado.

-Si he notado que esta un poco desganada. Le pediré a Nahuel que la cuide.

-Ya se lo he dicho, y acepto.

-¡Que bien!, pues vamos-

Nos adentramos en el gran bosque que había en el jardín de la casa buscando algún animal apetitoso para comer. Encontramos unos osos que no tenían tan mal sabor.

No tardamos mucho en regresar a casa.

Cuando llegamos Nahuel estaba en el estudio en su computadora, Renesmee lo acompañaba pero ella estaba leyendo un gran libro que se había encontrado en la biblioteca.

-¿Cómo se porto mi hija?- Le pregunte riendo a Nahuel
-Es un ángel- Respondió guiñándole un ojo a Nessie. -¿Cómo estuvo la cena?- me pregunto
-Exquisita- Conteste en tono de broma.


 En eso entro una llamada  y Edward alzo el teléfono.

-Estamos muy bien, y ¿ustedes cuando piensan venir?- Hablaba muy emocionado, seguro era con Carlisle. –¿En serio? Cuando Renesmee y Bella lo sepan se alegraran mucho.

¿Será que ya habían decidido venir? Espero que así sea porque no me gustaba para nada el estado de ánimo de mi hija.

-Perfecto, estaremos en contacto.- Dijo Edward y colgó.
-¿Era Carlisle?- Pregunte
-Si, dijo que vendrán la próxima semana
-¡Oh! Que bueno saberlo- Dije muy entusiasmada.
-Si debemos tener todo listo para recibirlos- Me dijo. –Iré a contarle a Nessie.-

Ellos estaría pronto aquí, ahora mi hija volvería a sonreír; estaba muy emocionada porque eso pasara.

Pasaron dos días y todo seguía tan tranquilo como siempre, Edward estaba viendo la televisión con Nahuel, se llevaban muy bien y eso me alegraba. Renesmee estaba en el jardín jugando con la nieve, yo la observaba desde la ventana de la cocina.

Contemplaba su belleza, esa carita angelical que poseía. Todo aquí parecía tan seguro, jamás me hubiera pasado por la mente lo que estaba a punto de ocurrir.

Fue solo un momento de descuido, cuando quite la mirada de Nessie para prepararle algo de comer.

Estaba tan entretenida en la llegada de los Cullen, que no me di cuenta de lo que paso, todo fue tan rápido.

Cuando alcé la mirada para ver a mi hermosa hija, ella ya no estaba; en ese momento no me asuste, pensé que estaba por ahí, pero de igual forma salí; no la veía por ningún lado.

-¡Nessie!, ¡Nessie!, ¡Renesmee!- Gritaba, pero ella no aparecía.

Edward y Nahuel salieron al escuchar mis gritos.

-¿Qué pasa Bella?- Pregunto asustado mi esposo

-¡Renesmee no esta!, no se donde esta, fue solo un momento que me descuide y ya no la veo- dije desesperada.

-Bella tranquila, debe estar por aquí- dijo Nahuel tratando de calmarme.-Iré a buscarla dentro de la casa, tal ves entro y no te diste cuenta-

Nahuel fue a buscarla adentro mientras Edward y yo seguíamos buscando por el inmenso jardín.

-No esta dentro.- dijo Nahuel en un tono de preocupación.
-Iré a buscarla al bosque- indico Edward.
-Yo iré contigo- dijimos Nahuel y yo al mismo tiempo.

Los tres  nos adentramos en el bosque, gritábamos desesperados su nombre, pero ella no respondía a nuestro llamado.

Una hora había pasado desde que desapareció y yo ya no sabia que hacer.

Seguimos buscando cada vez mas profundo dentro del bosque.

-¡Por aquí!- Escuche a Nahuel decir

Un olor muy familiar estaba en la zona, no era el de mi hija, era otro olor, uno que no podía descifrar en ese momento.

Seguimos el rastro y ahora encontramos que ese olor se mezclaba con el de mi hija.

-Renesmee- dije mirando hacia debajo de una colina.
-¡Oh por Dios!- exclamo Edward al ver a nuestra hija.

Nuestra pequeña Nessie, nuestra hija, el fruto de nuestro amor, estaba tirada bajo esa colina, desmayada.






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