3 de mayo de 2012

ESPEJO DE LUNA

CAPITULO 7: BUENAS NOTICIAS





Buenas noticias
Renesmee

Tres años de vivir en Alaska, a pesar de que había pasado poco tiempo ya no recordaba del todo como era Forks, ni mi casa, ni la de mis abuelos, ni si quiera al abuelo Charlie.

Era como si los años hubieran pasado en mi no solo físicamente, también en mi memoria.

Casi no recordaba como era Jacob, ni los otros miembros de la manada.

Era como si una gran neblina invadiera mi mente, impidiéndome recordar sus rostros.

Tenia tiempo de no mencionar a Jake en mis conversaciones con mi familia, ni de preguntar cuando lo volvería a ver. Quería evadir todo pensamiento que me llevara a él. Estaba muy enojada, ¿Por qué no había venido a verme cuando tuvo la oportunidad?  Era imposible no pensar en ese lobo, a pesar de que no lo recordaba con claridad, mi cariño por él seguía muy presente.

Puedo recordar cuando jugábamos en el bosque, el corría convertido en lobo y yo trataba de alcanzarlo, era imposible, siempre fue mas rápido que yo. Recuerdo también el día en que nos despedimos, como se altero en la Push, o cuando fue a buscarme al aeropuerto para darme el collar, que desde entonces no me he quitado.

Pero eran solo eso, recuerdos, cubiertos por una nieve mas abundante que la de Alaska, que no me dejaba ver con claridad el rostro de aquel lobo al que creía mi amigo, o de aquellos otros chicos que lo seguían, ni el de mi abuelo Charlie.

No había vuelto a dibujar ¿para que?, ya no tenía inspiración alguna. No quiero decir que mi vida en Alaska era del todo mal, también tenia su lado positivo.

Todo había cambiado desde que aquel maldito vampiro me había mordido, recuerdo con exactitud ese momento, eso es algo que se ha quedado gravado en mi mente.

Estaba jugando en el jardín, que en ese momento estaba cubierto de una gran capa de nieve, cuando escuche algo entre los árboles del bosque que estaba al lado de la mansión.

Me acerque curiosa, pensé que era un animal, cuando de pronto unos ojos rojos como la sangre se asomaron entre los arbustos.

Me asuste, di unos pasos hacia atrás hasta que logre distinguir quien era. Sabía que lo había visto antes. ¡Claro! Era uno de los Volturi.
-¡Hola pequeñita!- me saludo.
-¡Hola!- me limite a contestar.
-¿Quieres venir a jugar conmigo?- me pregunto

Pero en su mirada vi algo que me dio mucho miedo, por lo que me di la vuelta para huir, pero él me tomo del brazo fuertemente, tapo mi boca con su mano y me arrastro hasta las profundices del bosque.

Intente escapar pero fue imposible. Él me decía:
-Hueles muy bien Renesmee Cullen, tu sangre es apetitosa.

Fue tan rápido todo, yo solo cerré los ojos ante mi impotencia para huir. Él clavo sus colmillos en mi muñeca, sentí como si una especie de fuego entrara dentro de mi, quemándome por dentro, empecé a retorcerme del dolor, me sentía débil no podía ponerme de pie.

De pronto escuche algo, voces… Eran mis padres, llamándome.

Intente gritar que aquí estaba, pero la voz no me salía, vi al vampiro correr antes de que mis padres llegaran.

Eso es lo ultimo que recuerdo de ese suceso, creo que después quede inconciente.

Cuando desperté estaba en mi cama, con mis padres y Nahuel a mi lado.

Se que mi padre absorbió el veneno, él salvo mi vida, estoy segura de que si no lo hubiera hecho la ponzoña habría acabado conmigo, aunque es algo que no esta comprobado.

Luego de haberme recuperado satisfactoriamente, comencé a sentir cambios en mí, por ejemplo, mi piel ya no era tan dura como antes, dicen mis padres que ahora es como la de un humano.

Mi crecimiento se acelero, o eso es lo que opina Nahuel. Mi abuelo Carlisle dice que la ponzoña pudo haber alterado mi organismo.

Pero lo que se es que mi fuerza y velocidad no se han ido, ahora me siento mas fuerte y puedo correr mas rápido, y lo mejor de todo es que ahora mi padre no puede invadir mi mente, que ironía decirlo pero ese vampiro Félix causo algo bueno después de todo.

Desde que Félix se introdujo en mi vida he sentido un profundo odio por los vampiros, no por mi familia, ellos son diferentes, sino por todos lo chupasangres que se alimentan de humanos. Desde entonces solo me alimento de comida que consume una persona normal, Nahuel también lo hace, ahora nos hemos unido más.

Nahuel se ha convertido en alguien muy especial en mi vida, recuerdo que después de ese suceso que marco tanto mi vida  él ha cuidado de mi, jugábamos a las escondidas, me llevaba a comer un helado todos los sábados.
Conforme fui creciendo él empezó a convertirse en mi amigo, en mi confidente.

Ahora yo aparento tener 18 años, la edad que ese tal Aro quería que yo tuviera para venirme a buscar.

Pero ellos no saben que ya la he alcanzado, los Volturi creyeron que debían pasar siete años para llegar a ella, ya que Nahuel necesito ese tiempo para lograr esa apariencia. Pero yo no, solo han pasado tres años y ya la poseo.

Mi tía Alice los tiene vigilados. Dice que todavía no se han enterado.

Nahuel me ha entrenado para pelear con los Volturi, todo esto a escondidas de mi familia, pues a ellos no les gustaría verme luchar contra ese clan. Nos vamos todos los días a las profundidades del bosque; él me ha enseñado buenas tácticas de pelea, es un gran luchador. También me ha ayudado con mi don, mi velocidad y mi fuerza.

Él es un buen guerrero, su don es poder ver el pasado de las personas con solo mirarla a sus ojos. También tiene algo muy valioso, puede evitar que mi padre lea su mente, es decir, puede mostrarle solo lo que él quiere que vea.

Sin duda, ser entrenada por el es una suerte.

De pronto, Toc, toc, escuche que alguien toco mi puerta.

-Adelante. – Respondí

En eso entro mi tía Alice con su caminado danzarín, que mis padres dicen que herede de ella.

-¡Hola cariño!, disculpa por interrumpirte pero quería que bajaras a la sala, todos estamos reunidos hablando de algo muy importante que se que te gustara. – Me dijo mi tía Alice muy entusiasmada.

-¡Claro tía!- le conteste con una sonrisa, aunque no tenia deseos de bajar pues esas reuniones eran muy aburridas, sino fuera por Nahuel me quedaría dormida en cada una de ellas.

Baje a la sala de televisión con mi tía, todos estaban reunidos ahí tal y como ella dijo, mirándome fijamente cuando entre.

Mis padres y abuelos estaban sentados, mis tíos de pie; Emmett tenia abrazada a Rosalie, rodeando su perfecta cintura; Jasper esperaba a Alice arregostado a la pared, y Nahuel estaba en un rincón, mirándome con esos ojos claros y esa perfecta sonrisa.

-Hija ven siéntate, debemos hablar, tenemos algo para proponerte. – Me dijo mi padre haciéndome un campo para sentarme entre mi madre y él.

-¿Sucede algo? –pregunte algo extrañada por el misterio que todos se tenían.

-Hemos estado pensando y todos hemos llegado a la conclusión de que volver a Forks seria una buena idea.- Me respondió mi madre esperando ver mi reacción.

En ese momento sentí como el corazón se me aceleraba, más de lo que siempre estaba, ¿Volver a Forks? ¿Revivir todos esos momentos? ¿Ver a mi abuelo, mi casa, la de mis abuelos, a Jake?, no se cuanto tiempo permanecí en silencio, hasta que mi padre interrumpió diciendo:
-¿Te gustaría volver?

-Me da igual. –respondí, aunque por dentro deseaba haber respondido “claro que quiero regresar”

-No queremos presionarte, pero como tú nos has contado que te gustaría ingresar a la universidad, pensamos en inscribirte en una que esta en Forks, para que puedas estudiar lo que desees. –Me dijo mi padre colocando su mano en mi hombro.

-Me parece bien. – Fue lo único que respondí.

En ese momento todos empezaron a hablar emocionados por ir a Forks, al parecer extrañaban ese lugar.

Nahuel se mantuvo callado y serio, me acerque a él…

-¿Vendrás con nosotros, cierto?- le pregunte.

-No creo que sea lo correcto, ustedes son una familia, yo solo soy un intruso. –Me respondió con una gran tristeza en sus ojos.

-No quiero estar lejos de  ti, te necesito.

En eso mi abuelo se nos acerco, al parecer había escuchado todo, porque le dijo:
-Nahuel ven con nosotros a Forks, tú nos abriste las puertas de tu casa, ahora me gustaría ofrecerte la nuestra.

-No se si deba aceptar Carlisle, de verdad te lo agradezco.

-Di que si, tú ahora eres un miembro de nuestra familia.

Nahuel se quedo paralizado ante lo que le había dicho Carlisle, sus ojos comenzaron a brillar y en eso me miro y dijo:
-Pues siendo así, claro que acepto ir. – y una enorme sonrisa ilumino su rostro.

Ahora todo seria perfecto, volvería a Forks después de tanto tiempo, y con mi mejor amigo.

-¿Cuándo partiremos?- pregunte ahora sin esconder mi emoción

-Dentro de dos días. – Afirmo mi abuela mientras abrazaba al abuelo.

-Pues creo que deberíamos ir de compras- dijo mi tía Alice con una sonrisa picara

Todos rieron y cuando me di cuenta estábamos abordando el auto mi tía Alice, Rosalie y yo, para ir de compras.




IR AL CAPITULO OCHO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenten si les gusto el capitulo :)