El
Regreso
Renesmee
Había sido
educada en una familia donde el preservar y respetar la vida de los demás, sea
humano o vampiro, era algo fundamental; me habían enseñado que la venganza no
es buena, que no somos quien para juzgar a nadie y que estar unidos como familia
era nuestro pilar.
Pero, y si
alguien ha lastimado a uno de los nuestros, ¿no deberíamos defendernos?, ¿y esa
única defensa se conseguía matando a nuestro atacante?, estaríamos pasando por
alto uno de los valores de nuestra familia: el
respeto por la vida de los demás. Pero si no lo hacíamos pasaríamos por
alto el valor de apoyarnos y luchar
juntos.
Estaba un poco
confundida por eso; Nahuel me dijo que yo lo tenia que ayudar, ni siquiera me
pregunto, solo dijo: Se que tú me
ayudaras. Pero como dejar solo a mi mejor amigo en esto, a él que había
evitado que los Volturi me mataran cuando se dieron cuenta de mi existencia, a él
que todos estos años, en Alaska, había estado conmigo, convirtiéndose en mi
confidente, en una parte de mi vida; porque tenia que admitirlo, aunque no sentía
lo mismo que él, Nahuel estaba clavado en mi, como si algo nos conectara, no se
si era por todo el aprecio que le tenia o porque él era igual que yo, un mitad vampiro mitad humano.
Solo se que no me
quería alejar de él, como nunca me quise alejar de Jacob. Tal ves el haber
sentido ese dolor de alejarme de aquel lobo hacia que yo no me quisiera apartar
del mitad vampiro. Seguramente no quería volver a sentir esa pérdida.
Y así seguí
meditando toda la noche, no pude dormir, igual no me hacia falta.
Cuando me di
cuenta ya había amanecido.
¡Oh por Dios!- me
dije a mi misma exaltada. –Hoy es nuestro regreso a Forks- seguramente por todo
lo que había sucedido el día anterior no me había dado cuenta de que hoy debíamos
partir.
Di un salto
enorme de mi cama hacia la puerta y baje corriendo las gradas, mi familia
estaba montando todo el equipaje en tres autos, con los que nos trasladaríamos
hasta el aeropuerto.
-¡Buenos días
princesa!- me dijo mi abuelo levantando su mano.
-¡Buenos días a
todos!- respondí. -¿A que hora nos vamos?
-Dentro de una
hora así que corre a bañarte- dijo mi padre
-¿Y porque no me
avisaron antes?- dije enfurecida y luego corrí hacia mi cuarto.
Pude escuchar
como todos se reían de mi reacción.
Me aliste rápidamente
y cuando me di cuenta mi madre ya había bajado mis maletas para colocarlas en
el auto.
El abuelo
Carlisle había llamado a un contacto que tenia en la universidad para que yo
pudiera entrar dos días después del inicio de clases; había decidido por fin
ingresar a la carrera de medicina y por suerte quedaba un campo.
Salimos de la
casa rumbo al aeropuerto. Mire desde la ventana del auto nuestra casa, era muy
hermosa, nunca la había apreciado de esa forma, creo que extrañaría Alaska,
pero no me arrepentía de volver a Forks.
Llegamos al
aeropuerto y luego de dos horas nuestro avión salio.
Fue un vuelo
tranquilo. Los asientos eran para dos personas, así que yo iba con Nahuel; íbamos
hablando de todo un poco, escuchando música con su MP3, por lo que el viaje no
se me hizo aburrido.
En
aproximadamente cuatro horas llegamos a Forks.
No podía creer
que ya estaba ahí después de tanto tiempo. Y lo que menos podía creer era que
ya estaba en la casa de mis abuelos, esa hermosa mansión que me había visto
nacer. Ahora sentía como si esa niebla que estaba en mi mente poco a poco se
fuera corriendo hasta dejarme recordar como era esa casa.
Mis padres y yo
nos fuimos a nuestra casa, que estaba muy cerca de la de nuestros abuelos.
Llegar a ella fue como un alivio, y otra ves la neblina poco a poco se fue
quitando, despejando mi mente.
-¡Es bueno estar
en casa!- fue lo único que pude pronunciar, con un aire de libertad
Solo quedaban
algunas cosas por recordar, a mi abuelo Charlie, a Jake y a la manada, aunque
estos dos últimos quien sabe si los vería.
Solamente fuimos
a dejar nuestro equipaje y nos dirigimos otra vez a la casa de mis abuelos.
Cuando llegamos
todos estaban mirando un partido, mis tías se veían aburridas, por lo que
cuando me vieron dijeron:
-¡Renesmee vamos
de compras!-
-¿Otra ves?- pregunte como si no lo pudiera creer.
-No me gusta
mirar esos juegos, vamos a divertirnos- me propuso mi tía Alice.
-Pues bueno
vamos.- termine aceptando. ¿Cómo contradecirlas?
De milagro mi
madre nos acompaño, la abuela Esme se quedo en casa, creo que la extrañaba
mucho.
Fuimos a Port
Angeles, entramos a un centro comercial que había en la zona y estuvimos
bastante tiempo ahí dentro, midiéndonos vestidos y otros accesorios, mi madre
hacia muecas de aburrimiento, nunca le había gustado ir de compras.
No se cuantas
horas estuvimos ahí dentro, pero cuando salimos ya había oscurecido, eran las
siete de la noche.
En eso vimos un
auto muy familiar, era Nahuel que estaba en el estacionamiento del centro
comercial.
-¡Hey Nahuel!
¿Qué haces aquí?- le pregunto mi tía Rosalie.
-Pues tenía
hambre, y como no había nada en casa, decidí venir a comer fuera. Pero recordé
que Renesmee tampoco ha comido ¿Quieres ir a cenar?- me pregunto posando sus
grandes ojos en mi.
-Es cierto, creo que
no hemos considerado eso- dijo mi madre apenada. –Deberías ir a comer algo.- me
propuso
-¡Claro!- acepte
encantada
-No lleguen
tarde- advirtió mi madre mirando a Nahuel y dirigiéndose con mis tías hacia el
auto.
Nahuel y yo
fuimos a un restaurante muy fino que estaba cerca del centro comercial.
Estuvimos
hablando de muchas cosas, conversar con Nahuel nunca fue difícil, él siempre
encontraba de que hablar.
Cuando terminamos
salimos del restaurante, Nahuel le entrego las llaves al portero para que este
trajera el auto.
-¡Rayos!- exclamo
Nahuel
-¿Qué sucede?-
pregunte asustada
-Olvide mi abrigo
en la mesa. Iré por ella, espérame aquí. – me dijo mientras volvía a entrar al
restaurante.
Lo espere ahí
afuera, cuando escuche a unos tipos acercarse hacia mi hablando puras
estupideces.
-Mira que hermosa chica la que esta ahí- decía unos de ellos
-Vamos a hacerle compañía- respondió el
otro.
Eran tres
hombres, grandes y fuertes, pero horribles. Se acercaron a mí y me dijeron:
-¡Hola preciosa! ¿Por qué tan solita?
-Que te importa-
le dije dando unos pasos hacia atrás.
-¡Uy! Con que muy ruda ¿Por qué no me das un
besito?- me dijo el tipo estirando sus asquerosos labios hacia mi.
-Te advierto que
te vayas si no quieres salir lastimado- le dije enfurecida.
Los tipos se
empezaron a reír, y era cierto, quien iba a pensar que una chica delgada y
bajita tenia mas fuerza que mil chicos iguales a esos.
Uno de los tipos
se empezó a acercar cada vez mas a mi hasta que no me pude contener y le di una
cachetada y un golpe en su estomago dejándolo sin aire. La verdad no hice mucho
esfuerzo porque sabía que con mi fuerza lo podría matar.
Los otros tipos
se reían de ver a su compañero tirado en el piso.
-Oye Max ¿Te ha golpeado una nena?- decían
burlándose
En eso pude ver como sus caras pasaron de
reflejar burla a una que expresaba pánico. No entendía porque.
-¿Qué es ese monstruo?- dijo uno de ellos tartamudeando.
No se a que se referían,
pero estaban mirando hacia mi dirección, pero pude notar que no era a mi a la
que veían, sino algo que estaba detrás de mi.
¿Qué era? No tenía
el valor para voltearme.
En eso un crujido
sonó y los tres tipos se echaron a correr.
En ese momento sentí
que el corazón se me detuvo, estaba inmovil, hasta pude asegurar que estaba
sudando, mis piernas temblaban, pero no de miedo a lo que estaba detrás de mí,
sino del hecho de que había reconocido ese crujido, -¿será posible?-, me
preguntaba a mi misma.
Lentamente me fui
dando la vuelta, y cuando logre mirar hacia atrás ya no había nada, solo se que
los arbustos, que conectaban a un bosque, se estaban moviendo, como si algo
hubiera pasado por ahí.
Me acerque
lentamente a los arbustos, teniendo la fe de que vería lo que quería ver.
-¡Renesmee! ¿Qué
haces?- me pregunto Nahuel desde la entrada al restaurante.
-Nada- le dije y retrocedí
hacia donde él estaba.
En eso el portero
llego con el auto.
Nos subimos en el y Nahuel condujo hacia
nuestra casa.
En el camino me
pregunto:
-¿Qué hacías en
los arbustos?
-Nada solo me pareció
escuchar algo, pero no tiene importancia.- le respondí mientras tomaba con mis
manos fuertemente el collar que llevaba puesto y sonreía por dentro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenten si les gusto el capitulo :)