UNIVERSIDAD
Renesmee
Llegamos a casa, no pude contarle a mi familia lo que
había pasado, si lo hacia serian capaces de llevarme de nuevo lejos de Forks.
Por suerte mi padre ya no podía leer mi mente, porque no podía dejar de pensar
en lo que estaba detrás de mi en el momento en que esos tipos me estaban
molestando.
Estaba segura que era él, Jacob Black, ese nombre que
se había quedado grabado en mi corazón y que retumbaba cada vez que lo
pronunciaba o pensaba en él.
Mañana ingresaría a la universidad, por lo que mis
padres y yo nos fuimos temprano de la casa de mis abuelos para que yo pudiera
prepararme. Empecé a revisar mi closet, que aunque no era tan grande como el
que tenia en la casa de Alaska, era espacioso.
Me medí varias prendas y nada, todas eran hermosas
pero no estaba segura de que ponerme.
Decidí dejarlo para mañana, por lo que me dedique a
alistar mis útiles. Coloque en mi maletín todo lo que ocuparía para las clases
y mientras buscaba algunas cosas en un estante que había en mi habitación, que
por cierto estaba lleno de polvo, encontré una caja, recuerdo que de niña esa
cajita era muy especial, y en ella colocaba las cosas que yo consideraba
importantes para mi; comencé a husmear en ella y vi varias fotografías y
dibujos que había hecho hace tiempo, pero lo que mas llamo mi atención fue un
dibujo, era de un chico, guapo, se veía que tenia un cuerpo hermoso.
-¿Quién será?- me pregunte extrañada.
Lo seguí mirando hasta que en mi mente otra ves esa
niebla que la invadía comenzó a despejarse. ¡Era Jacob!
-¡Oh por Dios!, ¿tan guapo era?- pensé
Era increíblemente hermoso, creo que si cuando mis
padres hubieran decidido llevarme lejos y yo hubiera tenido esta edad, no me
hubiera ido, ¿Cómo alejarme de este chico?
No podía creer lo que estaba pensando.
-¡Por Dios Renesmee!- me dije a mi misma tratando de
ser realista. –Solo es Jacob, tu tío Jake- me seguí diciendo.
Coloque el retrato en el cuaderno que llevaría a la
universidad.
-No tiene nada
de malo tener alguna inspiración en clases- me dije sonriendo. –Renesmee compórtate-
me regañe cuando me di cuenta de lo que había pensado.
Me acosté temprano pues mañana seria un día cansado.
La alarma sonó. Di un salto de mi cama, corrí a bañarme
y cuando salí me coloque frente al armario.
-Ahora si, a elegir- dije
Comencé a medirme toda la ropa, y después de todo
elegí una falda que me había regalado mi tía Alice, era muy hermosa, de color
azul no muy oscuro, y una blusa negra.
Salí de mi habitación para desayunar, mi madre me había
preparado el desayuno.
-¡Hey te ves hermosa!- me dijo
La abrace fuerte y le dije: - No más que tú.-
En eso mi padre entro a la cocina.
-¿Crees que te dejare ir así?- me dijo muy serio
-No, pero mi madre si, y a ella no le puedes negar
nada.- le dije guiñándole un ojo.
Hizo una mueca y me entrego unas llaves.
-¿Qué es esto?- le pregunte
-Las llaves de tu nuevo auto- me respondió
¡Oh por Dios! Tendría mi propio auto.
Los abrace fuertemente a los dos y luego de terminar
de desayunar salí de la casa, afuera estaba estacionado el auto que mis padres
me habían regalado.
Era un Porsche color negro, mi color favorito. Era
realmente increíble.
Me subí en el y conduje hacia la universidad. Pase
frente a la casa de mis abuelos y soné la bocina, vi que todos se asomaron por
la ventana y me dijeron adiós con su mano.
Seguramente ya habían visto el auto antes que yo.
Llegue a la universidad y busque un lugar en el
estacionamiento. Por suerte las clases habían comenzado hace solo dos días, por
lo que no iba muy atrasada.
Camine por el campus hacia la recepción, y pude notar
como muchos chicos se me quedaron viendo. Me dio un poco de vergüenza pero seguí
caminando sin prestarles mucha atención.
La señorita de la recepción me entrego mi horario de
clases y una lista de libros que debía adquirir.
Fui a mi primera clase, era de Anatomía; el profesor
todavía no había llegado por lo que me senté en un campo vacío que encontré en
los asientos de atrás.
Una chica que estaba sentada al lado mío me empezó a
hablar.
-¡Hola soy Susy Olsen!, mucho gusto- se presento
amablemente.
-¡Hola! Soy Renesmee Cullen. –le dije mientras le extendía
la mano.
-¿Eres nueva? No recuerdo haberte visto en la
universidad.
-Si, me acabo de mudar a Forks, en realidad lo hice
ayer, por lo que apenas hoy pude ingresar a la universidad.
-¡Oh ya veo!- dijo mientras sonreía.
En eso el profesor entro y comenzó a dar su clase.
Tome varios apuntes. Y de vez en cuando hablaba con
Susy de cualquier cosa.
Era una chica hermosa, su cabello era negro, lacio,
era alta y de una tez clara.
Cuando termino mi primera clase me despedí de Susy,
pues nos correspondían clases diferentes.
Busque mi salón de clases, ahora me correspondía Biología
del Desarrollo. Ingrese al salón y busque algún asiento en la parte de atrás,
ahí me sentía mas cómoda.
Una chica se sentó a mi lado y me comenzó a hablar.
-¡Hola! Me llamo Kendra Carter
-Mucho gusto, soy Renesmee Cullen
Seguimos hablando, conociéndonos un poco. En eso
ingreso una profesora y dio su clase.
Durante la lección pude notar que un chico que estaba
del otro lado del salón me miraba fijamente, era realmente guapo, pero no era
eso lo que me atraía, sino su forma de mirarme, no era que me incomodaba como
me veía, sino que tenia la plena seguridad de que esa mirada la había visto
antes; sabia que no lo conocía, pero su forma de mirar se me hacia tan familiar.
La campana sonó, recogí mis cosas y cuando vi ya el
chico había salido del salón. Kendra me invito a almorzar con ella.
Del resto de las clases no hay nada interesante por
contar, conocí gente nueva, una chica muy simpática que se llama Jenny, un
chico muy amable que se llama Francisco. No volví a ver al chico de la mirada
conocida.
Cuando salí de la universidad me dirigí a la casa de
mis abuelos, ahí estaban mis padres. Todos me preguntaron como me fue en mi
primer día de clases.
Cuando estuve sola con mi madre, mis tías y mi abuela
me interrogaron:
-¿Viste algún chico guapo?-
-¿Te gusto alguien en especial?
Preguntaban insistentemente.
-Pues no me gusto nadie, conocí a gente muy amable y
me cayeron bien, pero hubo un chico…- y calle mirando hacia el piso.
-¿Qué sucede con el chico?- pregunto mi tía Alice
-¿Esta guapo?- pregunto tía Rosalie
-Dejen que hable- me defendió mi madre.
-Si era guapo- dije sonrojada- pero no es solo eso,
era su mirada, es como si alguien me hubiera mirado así antes, alguien que
conozco pero no logro recordar quien, es como si esa forma de mirarme ya
alguien la hubiera usado.- dije un poco confusa.
No dijeron nada, pues no entendieron lo que les
estaba contando, de hecho yo ni lo entendía, simplemente sabia que esa mirada
la había visto antes, era como si alguien me hubiera mirado así antes, alguien
del pasado.

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